La vida cristiana va más allá del templo, es un compromiso diario de amor y misericordia hacia nuestro prójimo.
Lucas 10:30-37
30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.
32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.
33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;
34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamelo; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
La vida cristiana no se limita a los momentos de reunión con los hermanos o estudios bíblicos; se vive de lunes a domingo, reflejando el amor de Cristo en cada interacción diaria. A través de la parábola del Buen Samaritano, Jesús nos desafía a extender nuestra compasión más allá de las paredes del templo, aprendiendo el verdadero significado de amar al prójimo, sin barreras ni excusas.
Jesús utilizaba las parábolas como un método efectivo para comunicar verdades profundas. Eran narraciones de hechos de la vida diaria, ya fueran ficticios o comunes, que permitían a sus oyentes comprender los misterios del reino de los cielos de una manera tangible y relatable.
Jesús enseñaba en parábolas para que sus discípulos pudieran entender los misterios del reino, mientras que para otros, "viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden". Era una forma de explicar "con bolitas y palitos" verdades espirituales.
Versículo Clave:
Mateo 13:10-13: "Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado... por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden."
Las parábolas eran tan claras que sus oyentes, incluso los que lo adversaban, comprendían el mensaje.
Versículo y Ejemplo:
Mateo 21:45: "Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos."
Ilustración: La hipérbole, como "más fácil es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios," enfatizaba una verdad mediante la exageración.
La parábola del Buen Samaritano es la respuesta de Jesús a un intérprete de la ley que, buscando justificarse, planteó la pregunta de los límites del amor. Este experto conocía la ley, pero su corazón no estaba dispuesto a aplicarla sin restricciones.
Un escriba preguntó a Jesús cómo heredar la vida eterna. Jesús le pidió que respondiera de la Ley. El escriba citó los dos grandes mandamientos: amar a Dios y al prójimo. Jesús afirmó: "Haz esto, y vivirás."
Versículos:
Lucas 10:25-28: "Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?... Bien has respondido; haz esto, y vivirás."
Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18 (Base para el amor a Dios y al prójimo).
Queriendo justificarse por sus fallas al no amar a ciertos individuos, el escriba preguntó: "¿Y quién es mi prójimo?" Su intención era limitar el alcance de su responsabilidad y evitar el compromiso.
El Problema:
Es una contradicción decir que amas a Dios, a quien no ves, si no amas a tu prójimo, a quien sí ves.
Lucas 10:29: "Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?"
La interpretación judía del "prójimo" era restrictiva, limitándolo a su propio pueblo. Jesús, con su parábola, rompe estas barreras, mostrándonos que el amor de Dios no conoce límites étnicos, sociales o culturales.
Basándose en Levítico 19:18, los judíos creían que el "prójimo" se refería exclusivamente a los "hijos de tu pueblo", es decir, a otros judíos. Esto les permitía justificar la falta de amor hacia samaritanos y gentiles, a quienes consideraban enemigos.
Versículos y Contexto:
Levítico 19:18: "No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová."
Juan 4:9: "Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí."
Al igual que los judíos, a menudo ponemos "limitantes" al amor y la compasión, ignorando a quienes no tienen una relación directa con nosotros, o a quienes percibimos como ajenos. Nos acostumbramos a la necesidad ajena y pasamos de largo.
Ilustración Contemporánea:
Ver a alguien accidentado en la calle o con problemas mecánicos en su vehículo y simplemente seguir, pensando "ya vendrá alguien más que lo auxilie". Esta actitud no corresponde a un creyente.
Jesús narra cómo un hombre fue asaltado y dejado medio muerto. La reacción de los personajes de la historia ilustra la verdadera esencia de la compasión, desafiando todas las expectativas y prejuicios.
Un sacerdote y un levita, figuras religiosas y siervos del templo, vieron al hombre herido y pasaron de largo. Esto iba en contra de toda lógica y expectativa de quienes debían ser ejemplos de piedad y servicio.
Versículo:
Lucas 10:31-32: "Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita... y viéndole, pasó de largo."
Un samaritano, tradicionalmente despreciado por los judíos, fue el único que se detuvo. Fue movido a misericordia, vendó las heridas del hombre con aceite y vino (antiguos remedios), lo subió a su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él.
Amor Extraordinario:
Lucas 10:33-34: "Pero un samaritano... y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino..."
No solo lo asistió, sino que pagó al mesonero dos denarios y prometió cubrir cualquier gasto adicional, demostrando un compromiso que va más allá de lo esperado y un amor sacrificial.
Lucas 10:35: "Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamelo; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese."
La respuesta de Jesús al intérprete de la ley es un eco del inicio del diálogo, un claro y contundente llamado a la acción. El verdadero prójimo es aquel que muestra misericordia, y nosotros estamos llamados a ser ese prójimo para todos, sin acepción de personas ni excusas.
Versículo:
Santiago 2:15-16: "Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?"
Versículo:
Santiago 2:1, 4: "Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas... ¿No hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?"
Ilustración: La historia del pastor con vestimenta humilde que fue subestimado, nos recuerda a no juzgar por las apariencias o vestimentas.
La enseñanza de Jesús fue profundamente desafiante y hasta "dolorosa" para los judíos: un samaritano (su enemigo tradicional) mostrando bondad y amor a un judío. Esta parábola nos confronta y nos demanda tener un corazón sensible a la necesidad, no por una lógica humana, sino porque Dios lo requiere y lo demanda de cada uno de nosotros. Nuestro prójimo es todo ser humano.