Juan 14:16-17 - "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros."
La prédica nos invita a reflexionar sobre la nueva era de salvación y perdón inaugurada por el ministerio de Jesús. Aunque el favor de Dios siempre ha estado presente en la historia, hoy, a través del Espíritu Santo, tenemos un acceso directo y personal a Su gracia, experimentando un favor que transforma nuestra vida de manera profunda.
Jesús prometió a sus discípulos que no los dejaría huérfanos. Enviaría a otro "consolador" o "paracleto", un término griego que se traduce como ayudador, abogado o intercesor. El Espíritu Santo viene a acompañarnos siempre, para que no nos sintamos solos, perdidos o desanimados. Él es la manifestación continua del favor de Dios en nuestras vidas.
Ilustración: El sermón compara la transición de los discípulos con un joven que sale de casa. Al principio tienen la guía de sus padres, pero al irse, deben recurrir a todo lo aprendido. Los discípulos, sintiéndose afligidos por la partida de Jesús, estaban preocupados. Pero Jesús les asegura que no estarían solos, el Espíritu Santo sería su herencia de enseñanzas y guía.
El Espíritu Santo es el Espíritu de verdad. Él se manifiesta de dos maneras: está "con" el mundo, ofreciendo bendiciones y gracia a todos, y está "en" los creyentes, proveyendo convicción, guía y una relación íntima con Dios. La gente del mundo puede disfrutar de las bendiciones de Dios, pero no pueden conocerlo profundamente ni creer en Él, porque no le conocen. En cambio, en los creyentes, Él mora internamente, transformando su manera de pensar, sentir y actuar.
Versículo de Apoyo: "Por las misericordias de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad." - Lamentaciones 3:22-23. Este versículo destaca que el favor de Dios y sus misericordias están disponibles para todos.
Ejemplo: El sol sale para creyentes e incrédulos por igual, y la lluvia cae sobre todos. Esto muestra el favor general de Dios sobre la humanidad, incluso para aquellos que no le conocen.
Para experimentar el favor de Dios y ver Su obra en nuestras vidas, es necesario entregarle todas las áreas de nuestro ser: nuestra paternidad, matrimonio, finanzas, y cualquier área de pecado que estemos reteniendo. El Espíritu Santo nos capacita para vivir en obediencia a los mandamientos de Jesús, no por obligación, sino por amor.
Cita Bíblica: "Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre." - Juan 14:15-16.
El favor de Dios está activo y vigente, pero para poder palparlo en nuestra vida, debemos: