El Pecado
de la Murmuración

Santiago 4:11-12

"Hermanos, no murmuréis unos de otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; y si juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para juzgar a otro?"

Introducción

La murmuración no es solo hablar en voz baja, sino hablar mal de otros, criticar sin razón, difundir rumores, chismear o hablar habladurías. Es una actitud de corazón que se manifiesta con palabras que dañan. Tristemente, muchos creyentes la ven con indiferencia, e incluso el mundo la celebra como entretenimiento. Sin embargo, la Biblia la llama claramente pecado.

1. La Murmuración: Una Transgresión Directa a la Ley de Dios

Hablar mal de otros es una acción simultánea que ataca la ley de Dios y a nuestro prójimo. Es un mandato divino el cesar esta práctica, no una sugerencia.

Referencias Bíblicas:

  • Génesis 3: El primer pecado de murmuración se ve en Satanás difamando a Dios.
  • Levítico 19:16: "No andarás chismeando entre tu pueblo."
  • Mateo 7:1: "No juzguéis, para que no seáis juzgados."
  • Romanos 14:4: "¿Quién eres tú para juzgar al siervo ajeno?"
  • 1 Corintios 4:5: No juzgar antes de tiempo.

Ilustración:

Así como Satanás tergiversó la palabra de Dios para difamarlo, la murmuración difama a Dios y a nuestro prójimo, atentando directamente contra Sus mandamientos.

2. La Murmuración Revela un Corazón que No Ama la Ley de Dios

Cuando murmuramos, mostramos que no amamos la ley de Dios ni nos deleitamos en ella. Violamos el mandamiento de "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Levítico 18:18). Este pecado se disfraza de piedad o celo santo, incluso en la oración.

Ejemplos Bíblicos de Murmuración y sus Consecuencias:

  • Éxodo 15, 16, 17 y Números 14, 16, 17: El pueblo de Israel murmuró por sed, hambre y falta de fe en la tierra prometida. Las consecuencias fueron graves: muerte en el desierto para los menores de 20 años y 14,700 hombres tragados por la tierra.
  • Romanos 1:29-30: La murmuración es listada entre los pecados a los que Dios abandona a las personas.
  • 1 Corintios 10: Pablo advierte a la iglesia de Corinto contra la murmuración, recordando el destino de Israel.
  • Filipenses 2:14: "Haced todo sin murmuraciones y contiendas."

Aplicación y Reflexión:

  • Santiago 1:26, 2:1, 3:6, 3:14, 4:1: Santiago aborda problemas en la iglesia relacionados con la lengua, la parcialidad, los celos y los pleitos, todos manifestación de un corazón que no ama la ley de Dios.
  • Filemón 16: Debemos tratarnos como hermanos amados, no como esclavos, reflejando el amor y el perdón de Cristo.
  • Nuestro Corazón: Es nuestro peor enemigo y disfraza la murmuración, incluso en momentos de oración, como un falso celo.

3. Solo Dios es el Juez y Legislador Soberano

Al juzgar y condenar a otros, usurpamos el lugar que solo le pertenece a Dios. Solo Él tiene la autoridad para salvar y perder, dar vida y quitarla. La humildad es la antítesis de la murmuración.

La Soberanía de Dios:

  • Deuteronomio 32:39: "Yo hago morir y hago vivir."
  • 2 Samuel 2:9: "El Señor mata y él da vida."
  • Mateo 10:18: Temer a Aquel que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.
  • Romanos 14:4: "Pero tú, ¿quién eres para juzgar al siervo ajeno?"

Humildad vs. Orgullo:

  • Santiago 4:10: "Humillaos delante de la poderosa mano de Dios, y él os exaltará."
  • 1 Timoteo 5:19: No admitir acusación contra un anciano sin dos o tres testigos, promoviendo un juicio justo y no la difamación.
  • Murmurar es orgullo: Nos autoexaltamos, nos ponemos por encima de la ley de Dios y de Dios mismo.

Conclusión y Llamado a la Acción

La murmuración es una tragedia terrible en el cuerpo de Cristo y debe terminar. Estamos llamados a ser hacedores de la palabra, no solo oidores.

"Amarnos unos a otros como tú nos amaste."