La Unanimidad y la Oración: Pilares de la Iglesia

Versículo Clave:

"Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo; y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos."

Hechos 1:12-14

Introducción: Armonía en Cristo

Imagina una orquesta donde cada músico toca su propia melodía. ¿El resultado? Ruido, no armonía. Así también, la iglesia, como un cuerpo, necesita estar en un mismo sentir para glorificar a Dios. La palabra "unánimes" significa tener un mismo parecer, dictamen, voluntad o sentimiento. "Perseverar" implica persistir, mantenerse firmes. Los primeros creyentes en Hechos nos muestran este camino esencial para la vida de la iglesia.

1. La Importancia de la Unanimidad

Ser unánimes es vital para el testimonio y la fuerza de la iglesia. Como ciudadanos del cielo, debemos vivir de una manera que refleje nuestro origen celestial, firmes en un mismo espíritu, combatiendo por la fe del evangelio. Es un desafío en una comunidad diversa, pero el Señor nos capacita para ello.

Pasajes de Apoyo

"Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio."

Filipenses 1:27

"Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo."

Romanos 15:5-6

Ejemplo Bíblico: La Iglesia Primitiva

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones."

Hechos 2:42

La iglesia primitiva nos muestra un modelo de cómo la unidad y la oración constante eran el motor de su fe y crecimiento. A pesar de sus diferencias, su enfoque común era la búsqueda de Dios.

Es cierto que como iglesia enfrentamos el desafío de estar unánimes. Cada uno tiene un carácter distinto, diferentes trasfondos y tiempos de conversión. Sin embargo, el ejemplo de Hechos 1 y 2 nos muestra que es posible alcanzar esta armonía, no por nuestras fuerzas, sino por el Espíritu Santo.

2. Peligros para la Unanimidad

Mantener la unidad no es fácil; hay enemigos internos que pueden dividirnos. Es crucial identificarlos para poder combatirlos eficazmente.

Orgullo y Egoísmo

La lucha constante por nuestros propios intereses y bienestar. Cuando el "yo" es lo primero, dejamos de ver las necesidades del cuerpo de Cristo y de nuestros hermanos. Esto mina la base de la unanimidad.

Juicio y Resentimiento

Al pasar tiempo juntos, es fácil empezar a notar las fallas de los demás. Juzgar y no perdonar, dejando que el resentimiento se arraigue, crea divisiones y evita que el amor fraternal prospere.

3. Cómo Cultivar y Mantener la Unanimidad

La unanimidad no surge por casualidad; se cultiva con esfuerzo y la guía del Espíritu Santo. Aquí vemos acciones prácticas para fortalecerla:

Humildad

Poner a los demás por encima de nuestros propios intereses. La verdadera humildad no es falta de recursos, sino una actitud del corazón que prioriza al prójimo sobre uno mismo.

Mansedumbre

Ser pacientes y no reaccionar con ira ante los desacuerdos. Es importante corregir con amor y verdad, sin atacar, reconociendo que todos estamos en un proceso de crecimiento.

Paciencia

Soportarnos unos a otros, entendiendo que cada hermano está en un proceso de crecimiento espiritual diferente. Invertir tiempo en enseñar y animar a los que recién comienzan su caminar con Cristo.

Amor

Amar a nuestros hermanos como Cristo nos amó. Aunque haya momentos difíciles, el amor nos impulsa a ver más allá de las fallas y a buscar el bienestar del otro, reflejando el amor de Dios.

Perdón

Si hay algo contra un hermano, es crucial hablarlo. Reconocer que todos somos pecadores y necesitamos perdonar y ser perdonados para sanar las heridas y mantener la unidad.

Oración

La oración es el vínculo esencial de la unanimidad. Jesús mismo oró por la unidad de sus seguidores, entendiendo que es a través de ella que el mundo conocerá a Dios.

La Oración de Jesús por la Unidad

"Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado."

Juan 17:20-23

Jesús oró por nosotros, pidiendo nuestra unidad, no solo por nuestro beneficio, sino para que el mundo vea a Cristo a través de nuestro testimonio unificado.

Nuestro Llamado: ¡Perseveremos Unánimes!

Hoy tenemos grandes y preciosas promesas, por las cuales debemos perseverar unánimes en un mismo sentir, teniendo un mismo objetivo, pero a la vez en oración, buscando la guía de Dios en todo momento y dependiendo de su voluntad.

"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."

Romanos 12:1

Aceptemos el reto de perseverar unánimes y en oración, pidiendo la guía del Señor en cada circunstancia, para que el mundo crea y la gloria sea para Él.