«¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros y devorará de todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no hace resistencia.»
Santiago continúa su enseñanza sobre la santificación progresiva, enfocándose hoy en la avaricia y el amor al dinero. Nos reta a examinar nuestra relación con las riquezas. Dios no está en contra del dinero o las propiedades, sino del amor excesivo al dinero y las ganancias injustas. La riqueza o la pobreza material no determinan la riqueza espiritual, sino la condición de nuestro corazón.
Santiago describe una escena vívida de acumulación excesiva: ropas olvidadas y comidas por polilla, metales enmohecidos. Esta acumulación es una condena para el futuro. El problema no es tener riquezas, sino el amor al dinero y la vanidad que nos llevan a atesorar más allá de la necesidad.
Santiago 5:1-3
«¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros y devorará de todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros.»
Ejemplo y Aplicación
La crisis de la Gran Depresión de 1929 mostró cómo la pérdida de riquezas llevó al suicidio a inversionistas, revelando dónde estaba realmente su corazón. En contraste, personas con pocos bienes viven sin ataduras. Nos reta a preguntarnos: ¿Qué estamos acumulando (ropa, bienes, propiedades)? ¿De qué nos cuesta desprendernos? ¿Cómo ofrendamos y ayudamos a los necesitados? La avaricia no es exclusiva de los ricos; se anida en cualquier corazón.
Versículos de Apoyo
Reflexión Final del Punto: Nuestras riquezas terrenales son temporales. Debemos enfocarnos en hacer tesoros en el cielo, bendiciendo a otros con nuestro tiempo y recursos.
Santiago denuncia la injusticia de retener los salarios de los trabajadores por engaño. El abuso de aquellos que trabajan con esfuerzo es un pecado grave. Dios escucha el clamor de los oprimidos y su clamor ha llegado a Sus oídos.
Santiago 5:4
«He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.»
Ejemplo y Aplicación
No pagar deudas a tiempo o engañar en transacciones es una transgresión directa a la ley de Dios. Debemos ponernos a cuentas con Dios: si debemos algo o hemos oprimido a alguien, debemos arrepentirnos y reparar el daño (ej. Zaqueo). Las riquezas deben ser adquiridas honesta e íntegramente.
Principios Bíblicos de Justicia
Reflexión Final del Punto: Dios no está peleado con el dinero, pero sí con el amor a él y con las ganancias injustas. La Biblia es nuestro manual para una vida justa, desadoctrinándonos de la mentalidad mundana de "el que no tranza no avanza".
Santiago reprocha una vida de lujo excesivo y complacencia de deseos mundanos, que "engorda el corazón" y lleva a la insensibilidad. Lo más grave es la opresión de los "inocentes" (personas sin malicia) que no pueden defenderse. Abusar de su condición traerá miserias.
Santiago 5:5-6 (Nueva Traducción Viviente)
«Sus años sobre la tierra los han pasado con lujos, satisfaciendo todos y cada uno de sus deseos. Se han dejado engordar para el día de la matanza. Han condenado y matado a personas inocentes que no ponían resistencia.»
Aplicación y el Juicio Final
¿Cómo manejamos nuestras posesiones? ¿Cómo tratamos a los más necesitados y a nuestro prójimo? Todo lo que hacemos en esta tierra se paga. Habrá un juicio final donde Cristo separará a las ovejas de las cabras. A las ovejas dirá: "Cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí."
Mateo 25:31-40: El Juicio de las Naciones
Jesucristo enseña que al final de los tiempos, Él juzgará a las naciones. La clave de este juicio será cómo tratamos a los más vulnerables: alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, acoger al extranjero, vestir al desnudo, cuidar al enfermo, visitar al prisionero. Cristo está presente en cada persona quebrantada y necesitada; nuestro trato hacia ellos es nuestro trato hacia Él.
Reflexión Final del Punto: Debemos tener mucho cuidado de cómo nos comportamos con los que nos rodean. Cristo nos observa en todo momento. La vida en Cristo es una transformación continua que nos lleva a amar y servir.
Recuerda: "Sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia." (1 Corintios 1:27-29)
Bendito Dios, gracias por tu palabra que hoy nos ha exhortado del pecado, de nuestra mala manera de vivir y de nuestro corazón perverso y engañoso. Con tu palabra, que es lámpara a nuestros pies, podemos aprender de ti. Te pedimos que sigas transformando nuestra vida y corazón, formando convicciones para vivir una vida de arrepentimiento continuo y perdón. Ayúdanos a ponernos a cuentas con aquellos a quienes hemos fallado, sabiendo que tú nos observas en cada momento. Que esta semana podamos buscar tu palabra para ser mejores personas en ti y alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Amén.