¡Si Dios Quiere!

Santiago 4:13-17

13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

Introducción

Vivimos en una sociedad que a menudo planea su vida, sus metas y su futuro sin tomar en cuenta la soberanía y la voluntad de Dios. Esta mentalidad de autosuficiencia nos lleva a un camino de incertidumbre.

La ansiedad, el estrés y las malas decisiones tienen muchas causas aparentes en nuestra vida diaria, pero su raíz profunda muchas veces es espiritual, derivada de una falta de dependencia en el Creador.

Esta poderosa enseñanza del libro de Santiago nos exhorta a confiar plenamente y depender de la voluntad de Dios en cada aspecto y decisión de nuestra vida, reconociendo que Él tiene el control absoluto.

I. El error de vivir sin considerar a Dios (v. 13-14)

  • Planeamos sin consultar a Dios (v. 13): A menudo, hacemos planes ambiciosos para el futuro, asumiendo nuestro control total sobre el tiempo y las circunstancias, sin buscar la dirección divina.
  • Ignoramos la fragilidad de la vida (v. 14a): Tendemos a vivir como si fuéramos inmortales, sin reconocer que nuestra existencia es efímera y que no tenemos garantía del mañana.
  • La vida es breve, como neblina (v. 14b): La Escritura nos recuerda que nuestra vida es tan pasajera como la neblina que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece, lo que debería impulsarnos a vivir con propósito y dependencia de Dios.

Ilustración:

Pensemos en la cajita de cerillos olvidada en el cajón, que solo buscamos cuando la necesitamos. Así, lamentablemente, tratamos a Dios: lo ignoramos en nuestra planificación diaria y solo recurrimos a Él en momentos de crisis o necesidad extrema.

II. La sabiduría de vivir bajo la voluntad de Dios (v. 15)

  • Reconocer que todo depende de Dios (v. 15): La verdadera sabiduría radica en humildemente reconocer que nuestra vida, nuestros planes y nuestro futuro están completamente en las manos de Dios.
  • Decir "si Dios quiere" no como frase hueca, sino como actitud del corazón: No es una simple expresión religiosa, sino una profunda convicción y sumisión a la voluntad soberana de Dios en cada decisión y aspiración que tenemos.
  • Tener una vida cristocéntrica: Cristo en el centro de nuestras decisiones: Esto significa que cada elección, cada plan y cada acción que tomamos deben ser guiados por los principios de Cristo y Su propósito para nuestra vida, buscando siempre Su gloria.

Referencias clave para la dependencia divina:

  • Proverbios 3:5-6: "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas."
  • Salmo 90:12: "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría."
  • 1 Corintios 10:31: "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios."

III. El pecado de la autosuficiencia y la soberbia (v. 16-17)

  • Jactarse de los logros sin reconocer a Dios (v. 16): Es un acto de soberbia atribuir nuestros éxitos únicamente a nuestras habilidades o esfuerzos, olvidando que toda bendición y capacidad provienen de Dios.
  • Saber hacer lo bueno y no hacerlo es pecado (v. 17): La omisión es un pecado grave. Si conocemos la voluntad de Dios y lo que es correcto hacer, pero elegimos no hacerlo, estamos incurriendo en desobediencia.

Aplicación bíblica:

La historia del rico insensato en Lucas 12:13-21 ilustra la trágica consecuencia de una vida centrada en la acumulación material y la autosuficiencia, sin considerar a Dios ni la brevedad de la vida.

Ejemplo histórico:

La decisión de Lot de vivir cerca de Sodoma, motivada por la prosperidad material sin considerar las implicaciones espirituales y morales, lo llevó a grandes pérdidas y sufrimiento.

Aplicaciones Prácticas

Conclusión

"Si pues coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios."

(1 Corintios 10:31)