Sostenidos
en el Proceso
Texto Base
Filipenses 1:3-6
"Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo."
Introducción: Una Esperanza Viva
Nuestra vida cristiana es un proceso constante. A menudo enfrentamos aflicciones y sufrimientos, pero nuestra esperanza no se basa en nuestras circunstancias, sino en lo que ya somos en Cristo. El mensaje "Sostenidos en el Proceso" nos recuerda que Dios es fiel y Su obra en nosotros es segura, así como contestó la oración por la hermana Lupita, Él sigue obrando en cada uno de nosotros.
1. Dios no ha terminado con nosotros
La obra de transformación es una iniciativa divina. No es nuestro esfuerzo, sino Su poder. Como el Alfarero que moldea el barro, Dios nos conoció, nos escogió y nos sostiene en Sus manos hasta completar Su diseño. Este perfeccionamiento es una santificación continua que nos transforma "de gloria en gloria" a la imagen de Cristo. Debemos confiar en Su control y ser pacientes en el proceso.
Versículos de Apoyo
- Salmo 139:1-3: "Oh, Señor, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentar y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos... y todos mis caminos te son conocidos."
- 2 Corintios 3:18: "Somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor."
2. Esperanza en medio del quebranto
El quebranto, aunque doloroso, es un medio de gracia necesario. Dios permite el sufrimiento para perfeccionarnos, así como el alfarero quiebra el barro defectuoso para remoldearlo. El sufrimiento actúa como un crisol, un horno que purifica y quita la escoria de nuestra vida para que el rostro de Dios se refleje en nosotros. No debemos resistirnos, sino entender que el dolor tiene un propósito glorioso que aviva nuestra esperanza.
El Crisol que Purifica
"El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones." - Proverbios 17:3
3. El sufrimiento produce un peso de gloria
El sufrimiento no es un accidente, sino un instrumento pedagógico de Dios. Es un "aviso misericordioso" que nos libra de una destrucción mayor. Aunque vivir en santidad en un mundo caído trae consecuencias, cada "leve tribulación momentánea" produce en nosotros un "eterno peso de gloria". Es una señal de que estamos siendo perfeccionados, no desechados.
Una Perspectiva Eterna
"Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria." - 2 Corintios 4:17
4. La garantía en la adopción
Nuestra mayor seguridad proviene de nuestra identidad como hijos de Dios. Hemos recibido el "espíritu de adopción" que nos permite clamar "¡Abba, Padre!". El Espíritu Santo es el sello, la garantía de que Dios nos sostendrá y completará Su obra. Nuestra seguridad no viene de la religión, sino de una relación íntima y personal con nuestro Padre celestial, cultivada a través de Su Palabra.
Hijos, no Huérfanos
"Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!" - Romanos 8:15
Llamado a la Acción
El camino del creyente no es un juego de azar. Cada lágrima y lucha son parte de la obra maestra que Dios está creando en ti. No estás solo; estás siendo sostenido, perfeccionado y transformado de gloria en gloria.
Tu dolor tiene un propósito eterno. ¡Confía en el proceso!
¿Aceptas el llamado?
Si aún no has entregado tu vida a Cristo, hoy es el día. Pídele perdón, rinde tu corazón y permite que el Alfarero Divino te transforme. Reconócelo como tu Señor y Salvador para que comience en ti Su buena obra.